sábado, 1 de octubre de 2011

Samurais occidentales

Las coincidencias entre el mundo feudal occidental y oriental no son tan acusadas como podría parecer a primera vista. Habitualmente tenemos una idea basada en estereotipos modernos que poco o nada tienen que ver con la realidad histórica del samurai. El nombre samurai proviene del verbo japonés saburau que significa literalmente "servidor". El vocablo se empleó desde al menos el siglo IX, hasta la restauración Meiji en el siglo XIX.



Los samurais de los siglos XIII-XIV eran un grupo de seguidores de un señor (gokenin). Podían residir en su propia casa o poseer tierras, pero en batalla no tenían autorización para luchar independientemente. Un samurai mantenía con su gokenin una relación semejante a la de un escudero con un caballero europeo. Siglos más tarde se generalizó la palabra samurai para definir a un guerrero con fanático honor. Ésta última es la que pulula hoy en día. Pero ese fanatismo no viene caído del cielo, sencillamente proviene del celo de un servidor en una sociedad extremadamente clasista como es la japonesa. Ser servicial fue una virtud importante en Japón. Como veremos ahora en la mentalidad europea no se mitificó tanto el papel del servidor.

En el occidente europeo el vocablo "sargento" (literalmente "servidor") designaba a un tipo de soldado-servidor de un noble. En la Inglaterra del s.XII aparecieron los sergens de armes (sargentos de armas) y sergens de mace (sargentos de maza), que hacían el papel de guardia personal de los reyes. Una función similar hicieron los llamados ballesteros de maza en España, los cuales protegían al rey y servían de porteros en la corte. Los sargentos de armas siguieron vigentes en el s.XIII, muchos de ellos destacaron en la batalla de Bouvines en 1214. Las tropas de infantería o sergens a pied (sargentos de a pie) constaban principalmente de arqueros, ballesteros y lanceros. Los sargentos de a pie incluían el grueso de las tropas por debajo de la dignidad del caballero. Entre el s.XIII y principios del XIV se los solía armar con ballesta y lanza.

Los servidores de la Orden del Temple también se llamaban sergeants. Podían ser peones o jinetes. García Fitz piensa que es sinónimo de escudero, sin embargo los sergeants no podían ser armados caballeros como sí podían ser los escuderos. Los sargentos fueron muy activos durante las cruzadas. La palabra inglesa para escudero era en realidad "squire" (derivado del francés escuier; escudero). Los primeros squires datan de finales del s.XIII. Lo que tenían en común escudero y sargento era su condición de servidores. En España la palabra sargento solo se empleó desde comienzos del siglo XVII para designar a un suboficial del ejército. Abajo caballero templario y sargento (copyright Osprey publishing).


Sebastián de Covarrubias define al escudero en 1611:

El hidalgo que lleva el escudo al caballero, en tanto que no pelea con él. En la paz, los escuderos sirven a los grandes señores, de acompañar delante de sus personas, asistir en la antecámara y sala; otros están en sus casas, y llevan acostamiento de los señores, acudiendo a sus obligaciones militares o cortesanas a tiempos ciertos; los que tienen alguna pasada (es decir aquellos con mayores fortunas) huelgan más de estar en sus casas que de servir, por lo poco que medran y lo mucho que les ocupan.

El vocablo "escudero" se emplea por primera vez en España a comienzos del s.XI. En definitiva, un escudero era antigüamente un pequeño noble (en Inglaterra squire era también un título de la baja nobleza) que estaba estrechamente relacionado con alguna gran casa, en muchas ocasiones parientes de las mismas privados de fortuna por la prevalencia del mayorazgo. Es frecuente encontrarlos presentes en la Reconquista realizando hazañas como la toma de Baeza dado que los escuderos solían construir la oficialidad en las huestes de los grandes magnates medievales. Los Reyes y los Grandes se preciaban de tener por escuderos a miembros de ramas secundarias de importantes linajes, así cuanto más distinguidos eran sus escuderos mayor el prestigio de la casa a la que servían.


Los housecarls, del antiguo escandinavo húskarl (hombre de la casa), formaban parte del séquito o tropas de un noble, a veces eran guardaespaldas de un rey o señor. Fueron habituales en época vikinga y medieval en los países nórdicos. En España tuvimos nuestros housecarls particulares en la figura del mesnadero, derivado de "mansio -onis" (casa, mansión), el cual como podeis imaginaros, era un hombre a sueldo de un señor y que vive en su casa. Siendo la mesnada el conjunto de los mesnaderos. Abajo "housecarl" inglés del s.XI.



La mesnada propiamente dicha no apareció hasta el siglo XII. Los componentes de la mesnada recibían de sus señores concesiones de tierra en beneficio o préstamo, pero principalmente, soldadas en metálico. Cuando la mesnada estaba al servicio de un noble que incurría en la "ira regia" (sanción que se imponía a los que caían en el desagrado de su soberano), estaba obligado a desnaturarse, es decir, a abandonar el reino y a acompañar a su señor al destierro. El principal carácter de la mesnada radicó en su condición de cuerpo armado permanente de los estados cristianos de la Reconquista durante la Baja Edad Media y en formar parte del fonsado o hueste del rey. Se llamaba mesnadería al sueldo del mesnadero. A finales del siglo XIII y comienzos del XIV, las tropas mercenarias (entonces denominadas masnade) que peleaban en Italia, provenían principalmente de Alemania, Brabante (Brabanzoni), Aragón y Cataluña.

El término "mercenario" (literalmente "el que trabaja por una merced") es ya mencionado en España por San Isidoro (s.VII): 

Los mercenarios son los que prestan servicio a trueque de una merced. Se les aplica también el nombre griego de "barones", porque son gente esforzada en el trabajo. Precisamente "barys" significa recio, es decir, fuerte. Su contrario es débil, sin fuerzas.


Es muy probable que los mercenarios más destacados recibiesen título nobiliario a modo de merced, es decir, aquellos cuyos esfuerzos favorecieron notáblemente a los más poderosos. Si bien inicialmente estas tropas de mercenarios apenas se distinguían de hordas de bandidos, con el tiempo se convirtieron en ejércitos disciplinados y bien organizados. De hecho, el término "ladrón"  significaba primitivamente "guardia de corps, mercenario". Y para los romanos "latrunculus" era el soldado mercenario.

Fueron famosos en el s.XV los mercenarios italianos, llamados condotieros (de condota; "contrato"), los cuales a finales de siglo entraron en decadencia. Muchos de estos servidores se quedaron sin manutención a finales de la Edad Media debido a la crisis nobiliaria, por ello la mayoría formó parte del nutrido mercenariado del siglo XVI. Las tropas mercenarias de este periodo tenían mala reputación debido a la falta de lealtad y coraje, lo cual las hizo realmente útiles en muy determinadas circunstancias. Tan mala fama tuvieron los mercenarios como los ronin (hombre ola o errante) en Japón. Podemos afirmar que el mercenario era el equivalente occidental al ronin.



Los Landsknecht (de «Land», tierra y «Knecht», servidor), fueron unos mercenarios alemanes que operaron entre los ss XV-XVII. Eran originalmente unos siervos que guerreaban como peones, y servían a los caballeros de palafreneros, sin llevar más armas que una pica. Más adelante formaron cuerpos independientes de piqueros, que se distinguían por llevar vistosos uniformes y llegaron a constituir la base de la infantería alemana en la época del Renacimiento. La infantería de lansquenetes peleó también en España al lado de los tercios españoles mientras reinaba la casa de Austria. Abajo lansquenetes del s.XVI.



Era hecho aceptado que entre los mercenarios pululaba la escoria de la sociedad, los cuales aprovechaban su trabajo para cometer todo tipo de desmanes: criminales, ladrones, alcohólicos, violadores, sicópatas, etc. Si los mercenarios tenían una funesta fama (incluso hoy día llamar "mercenario" a alguien es un insulto), no la tenían mejor los oficiales mercenarios:

Los capitanes mercenarios o son hombres de mérito o no lo son; si lo son, no se puede confiar en ellos, pues siempre aspirarán a su propia grandeza, tratando de someter a su señor o de oprimir a otros al margen de sus designios; pero si no son virtuosos, con toda seguridad le llevarán a la ruina.

Nicolás Maquiavelo. "El príncipe".


Como nota final decir que suele calificarse a la catana o catán samurai como "espada": nada más lejos de la realidad. Debido a su curvatura era un tipo de sable. Nunca fue llamada "espada" (la cual es recta), por los primeros españoles que visitaron Japón ni el DRAE del siglo XVIII. Abajo sable de caballería y catana.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Una observación, y es que los serjeants o servants no eran escuderos, sino miembros de la orden del Temple que, por no ser de sangre noble, servían a la orden como tropas de a pie o como criados en sus encomiendas. No eran escueros en sí mismos, entre otras cosas porque jamás serían armados caballeros.

Un saludo

Amo del Castillo

El Tormenta dijo...

Gracias por la aclaración. En realidad son dos palabras con distinta etimología. Cierto que ambos eran servidores, pero no sinónimos. Creo que "squire" es la palabra adecuada para escudero. Cometí el tipico error de aceptar una teoria de un gran autor sin comprobarlo. Ahora lo corrijo.

Saludos

Anónimo dijo...

Ciertamente, el "squire" era un escudero en la Inglaterra medieval, pero también un título de la baja nobleza, concretamente un señor local, similar a nuestros señores rurales de la misma época.
Por lo demás, ya sabemos que los "grandes autores" te meten a veces unos gazapos gloriosos.

Un saludo

Amo del Castillo

El Tormenta dijo...

Gracias de nuevo, he añadido tu dato. En honor de la verdad y por el bien de nuestros queridos y silenciosos lectores, espero que nunca nos convirtamos en "grandes autores".

Saludos

Anónimo dijo...

Hombre, qué quieres que te diga... Si ser un "gran autor" deja pasta gansa, a mí no me importaría, la verdad, jejeje...

Un saludo

Amo del Castillo