sábado, 17 de diciembre de 2011

El Kontos


Kontos es palabra griega que designa un asta larga común entre la caballería. Fue llamada por los latinos Contus y Kontarion por los bizantinos. Los turcos lo llamaban Rumh (asta romana) y los árabes Quntariya. La traducción al castellano sería "cuento". La raíz etimológica es desconocida, sin embargo el griego kontos significa "pértiga" (con la que el barquero impulsa la barca), remo y asta de caballería. En español significó "bastón" (en el s.XIII) y "vara de la lanza" en el s.XIV. Cuento y contera también vienen de Contus.

San Isidoro (s.VII) comenta en sus Etimologías algo sobre el Contus:

El "contus" carece de hierro, terminando simplemente en una contera. Se dice contus como si fuera "conitus" (cónico) pues el cono es redondo y acaba en punta.

Este dato es de especial interés, ya que lo describe sin hierro. Sería una especie de largo chuzo, el cual dicho sea de paso procede del andalusí zujj (cuento de la lanza o palo armado con un pincho). Abajo podemos ver el cuento del chuzo.



El arma fue común desde el s.III d.C. entre la caballería pesada romana, persa sasánida, parta tardía y bizantina: Eran los llamados catafractarios y clibanarios. Éstos lo emplearon a dos manos, adoptando una posición de carga con el arma a la derecha; ésta técnica ya fue empleada según algunos autores por la caballería pesada de Alejandro, armados con la larga sarissa (no solo la emplearon los peones). Era un arma perfectamente adaptada para ser usada a caballo sin estribos, pues para atacar el caballero solo necesitaba punzar, no requería una movilidad especial que le haría caer en una silla más bien inestable. Abajo catafractario manejando un Contus (copyright Osprey publishing)



La silla romana de cuatro pomos proporcionaba una sujeción aceptable para ésta técnica de combate, aunque el impacto directo de la lanza sobre el objetivo podía acabar descabalgando al jinete. Algunos autores han propuesto que, justo antes del impacto, el jinete soltaría el arma, con lo que evitaría las consecuencias mas lamentables de este tipo de choque. Durante la persecución de infantería derrotada, el jinete debía tener cuidado, en caso de ataque con arma de asta, de no quedar descabalgado por el retroceso al impactar ésta sobre el cuerpo de un enemigo (pues no contaba con la ayuda de estribos); la silla de montar romana proporcionaba, no obstante, cierta estabilidad a este tipo de ataques (siempre de persecución y aniquilación, no de choque frontal).



En este sentido, era mas fácil para la caballería el ataque con espada, cuyo impulso de arriba abajo tenía efectos devastadores sobre el cuerpo de la víctima. El contus también ofrecía un mayor radio de acción en caso de tener que recurrir al empleo cuerpo a cuerpo. La típica forma de usarse en la Edad media bajo el brazo y con la protección de un escudo en el otro brazo, no se conoció en la antigüedad. Los estudiosos no se ponen de acuerdo sobre el asunto. Aunque parece que tiene algo que ver con el uso de los estribos. En la Edad media se hicieron populares dos tipos de monta: a la jineta con estribos cortos (caballería ligera) y la bridona (caballería pesada), basadas ambas en la altura de los estribos con respecto a la silla. Abajo silla jineta y más abajo silla bridona.





Los visigodos y los beréberes que llegaron a España en el siglo VIII, tampoco usaban estribos y cargaban del mismo modo que los romanos, usando estas astas. Entre los primeros islámicos la punta del asta de caballería era extraíble, de modo que si se clavaba en el enemigo se separaba del asta. Por ello dejaba temporalmente desarmado al caballero, pero éste tenía otra punta de recambio. Estas astas las emplearon antes de que se usaran estribos. Gracias a textos medievales hispanos sabemos que los caballeros andalusíes emplearon la Rumh entre los ss.VIII-XIII. En Al Andalus el estribo no se hizo frecuente hasta el s.X. Por otro lado, el contus es nombrado en documentos franceses del s.XII como arma habitual de la época.

El llamado por los griegos akontion se trataba de un asta breve que carecía de contera, en su lugar se hallaba un hierro. Era por ello asta empleada habitualmente para ser arrojada. Sabemos por Estrabón que los íberos y los lusitanos contaban con el akontion en su arsenal. Este tipo de armas tenían un alcance de hasta 60 metros, y fueron habituales en la franja mediterranea entre Hispania y Grecia en los ss. IV-I a.C.



1 comentario:

Amo del castillo dijo...

Al parecer, el uso de la lanza embrazada iba más en función del tipo de silla que de la presencia de los estribos, cuya datación tampoco está clara y que muchos atribuyen a épocas bastante anteriores a las que comúnmente se dan. La silla bridona, o sea, la silla de arzón alto, era la que permitía embrazar la lanza sin salir despedido hacia atrás al impactar contra el enemigo. Los normandos que aparecen en el tapiz de Bayeux, a pesar de usar estribos a la brida, en muchos casos portan la lanza por encima de la cabeza, como para clavar de arriba abajo a la infantería.

Así pues, como comento, el estribo no "sujetaba" al jinete. Más bien, aparte de darle más estabilidad al montar, le permitía "ponerse de pie" sobre ellos para imprimir más energía al golpear con espada o cualquier arma contundente.

Un saludo