martes, 8 de mayo de 2012

Insultos medievales


Las armas medievales que se emplearon en España antaño no se limitaron a las que producían daños físicos, existieron las que dañaban el orgullo como un dardo mortífero. No debe subestimarse los insultos, pues ellos fueron la causa de riñas de todo tipo e incluso guerras que implicaban a innumerables huestes. Es mucha la riqueza del castellano en cuanto al arte del insulto y existen practicamente para cada tipo de defecto ajeno, es precisamente la venenosa exactitud del insulto bien dicho la que más dolor y enfado provoca a la víctima, pues descubre sus vicios más íntimos. Al igual que las armas, el insulto siempre debe evitarse en lo posible porque no es instrumento de nobleza. Solamente tienen utilidad y sentido en riñas o situaciones violentas, que es donde se busca minar la moral de un molesto enemigo o provocarlo. En más de una ocasión un insulto o mote bien dirigido a algún caballero pomposo le habrá sentado peor que una cuchillada en el vientre. 




Esta entrada será un diccionario en el que iré introduciendo nuevas palabras a medida que vayan avanzando las investigaciones. Vendrá de perlas para ampliar y mejorar nuestro arsenal linguístico. La aportación de San Isidoro (s.VII) será enorme, ya que nombra insultos usados a comienzos de la Edad Media, algunos desaparecidos, pero la mayoría tienen vigencia actualmente.  Seguro que hubo insultos empleados exclusivamente en áreas muy reducidas, quizá más de uno sobreviva aún en determinadas localidades. De todas los trabajos que he publicado en este blog, éste ha sido, sin duda alguna, el más divertido de investigar y que más carcajadas me produjo. Insultar tiene como raíz etimológica sel-3 (saltar) y viene del latín salax, significa literalmente "saltar contra alguien". 






Adtollens: Insulto desconocido, pero muy similar a altanero pues dice Isidoro que se llama así "porque se eleva y erige".



Altanero: Tiene como raíz al-3 (crecer, alimentar) y viene del latín altus (profundo, crecido) con el sentido "de alto vuelo". El castellano "Altivo" es derivado. Isidoro usa para el insulto la forma aelatus (procedente del latín elatio "altanería") y comenta:



El altanero es el que se eleva a sí mismo por encima de su propia medida, hasta el punto de considerarse superior en todo cuanto realiza.



Amargado: El insulto en latín es Amarus (amargo). Indica Isidoro:



Derivado traslaticiamente del sabor: es el desagradable que no aprendió a invitar a nadie con dulzura o trabar amistad con él.



Ambicioso: Su forma latina es ambitiosus, según Isidoro "porque ambiciona honores".



Arrogante: Su forma latina es adrogans. A decir de Isidoro:



Se llama así porque se hace de rogar y es fastidioso. El término "audaz" se emplea con toda propiedad en lugar de arrogante.

Asqueroso: "Asco" parece venir del antiguo usgo, adaptado al radical de asqueroso , hacia 1200, usgo, junto con el portugés osga "odio, tirria", vendría de un verbo osgar "odiar", y éste del latín vulgar odi (participio osus); en cuanto a asqueroso viene indudablemente del latín vulgar escharosus "lleno de costras", derivado del latín eschara "costra" (tomado del griego eskhára "hogar, brasero", "costra causada por una quemadura, costra en general"; de éste se tomó el término médico escara. DRAE 1726:

Sucio, hediondo y que mueve o provoca asco. Metafóricamente se dice el hombre despreciable por sus ruines procedimientos.

Asimismo comenta algo sobre el refrán "Asqueroso os haveis tornado; pues ya comisteis de este guisado":

Se dice por aquellos que habiendo subido a mejor fortuna se desdeñan de lo que antes fueron o ejecutaron.

Astroso: Tomado del latín astrum y éste del griego ástron. El derivado "astroso" signfica "el que tiene mala estrella, desgraciado". Ya nombrado en la primera mitad del s.XIII, donde tomó el significado de "desaseado, roto", "vil, abyecto".



Ávido/Avaro: Isidoro lo explica todo con pelos y señales:



Deriva de avere (desear con fuerza). De aquí tiene también su origen "avaro", porque ¿qué es ser avaro?: Querer ir más allá de lo que es suficiente. Y se dice "avaro" porque es ávido de oro, y nunca se ve colmado de riquezas: cuanto más posee más desea con lo que coincide aquella máxima de Flaco que dice: "el avaro está siempre necesitado". Y Salustio: "porque la avaricia no mengua ni con la abundancia ni con la pobreza".

Babieca: Ya nombrada a comienzos del s.XIII. Palabra de creación expresiva, de la misma familia que sus sinónimos: latino baburrus, italiano babbeo, catalán babau, asturiano babayu, etc.; la frase "estar en Babia" se creo precisamente por alusión a la palabra babieca, gracias al parecido fonético de los dos vocablos, más que por lo apartado de este territorio de la provincia de León. Fue insulto empleado por Gonzalo de Berceo (principios siglo XIII), en su Vida de San Millán, donde pone en boca del diablo las siguientes palabras: "Aun agora quieres fer otro poblamiento: bien me ten por babieca si yo te lo consiento...". DRAE 1726: "Se usa de esta voz por traslación muy frecuentemente por lo mismo que bobo".

Badajuelo: Del latín batuaculum, derivado de battuere "golpear, batir". El término empezó a utilizarse a principios del siglo XV; en aquella época se traduce "badajuelo" como "hablador necio". Desde entonces es costumbre llamar "badajadas" a las necedades.

Baladrón: Ya conocido en 1253. Del latín balatro, onis-, empleado como injuria o término despectivo por varios autores clásicos. DRAE 1726:

El fanfarrón y hablador, que siendo cobarde blasona de valiente y gasta muchas palabras, sin tener manos ni obras en los lances y ocasiones.

Basilisco: Conocida desde principios del XIV, tomado del latín basiliscus, griego basilískos, diminutivo de basiléus "rey". El basilisco era un animal fabuloso al que se creía capaz de matar con la vista o el aliento. Se usó como insulto para aplicarlo las personas coléricas y enfadadas. 


Bastardo: Desde finales del s.XIV (quizá ya 1206), tomado del francés antiguo bastart, de origen incierto, quizá derivado de bast "albarda" por alusión a los hijos nacidos de las relaciones de arrieros con mozas de posada, como las de la Maritornes del Quijote. DRAE 1726: "El hijo procreado fuera de legítimo matrimonio".

Basto: Ya nombrado en 1423. Propiamente "bien provisto", hacia 1400 (pasando por "grueso", 1495); probablemente de bastar en el sentido de abastecer. DRAE 1726:

Por alusión metafórica se llama el hombre rústico, grosero y de costumbres toscas y nada cortesanas: y así del que se ha criado en Aldea, y sin trato ni manera de ciudadano se dice que es hombre basto. En este significado parece puede venir esta voz del griego bastax, que vale ganapán, el cual de ordinario es hombre tosco y grosero.



Bellaco: "Hombre de mala vida, despreciable" (nombrado en 1263), "bribón" (en 1495). Palabra de origen desconocido.

Blasfemo: Ya conocido en 1438. Raíz bha-2 (hablar). Tomado del latín blasphemus y éste del griego blásphemos. Significa literalmente "hablar calumnias o males". 

Bobo: Conocida desde al menos 1490, del latín balbus "tartamudo".

DRAE 1726: "La persona necia, de poco entendimiento y capacidad".

Borracho: Derivado de borracha "bota de vino". En castellano y catalán (borratxo) conocidos desde comienzos del s.XV. Probablemente dadas las fechas, derivan de borracha, con el sentido de "persona llena de vino". DRAE 1726:

La persona que bebe vino con exceso u otro licor de los que embriagan, hasta privarle de la razón y juicio. Puede venir del nombre borra, por las heces que causa el vino, bebido inmoderadamente en el sujeto. Comúnmente se usa como sustantivo.

Borde: Ya conocido en 1464 (bort, 1300, en Aragón). Del catalán bord, y éste del latín tardío burdus "mulo". DRAE 1726: "El hijo nacido fuera de matrimonio".

Borrego: Cordero de uno o dos años, ya nombrado en 1309; seguramente derivado de borra, por la lana tierna de que está cubierto. En la segunda mitad del s.XV aparece también como "ignorante". DRAE 1726: "Metafóricamente se llama, como con desprecio, a la persona sencilla o ignorante".

Borrico: En castellano desde 1495, sin embargo la forma mozárabe borréko está documentada ya en el s.X. "Burro" es derivado regresivo de la pronunciación vulgar burrico y ya es nombrado en el s.XV. Es muy seguro que fuera insulto desde mucho antes de la Edad Media debido al carácter universal del asno, aunque es difícil de probar. DRAE 1726: "Traslaticiamente se llama al necio y pesado".


Boto: Nombrada ya a comienzos s.XIII. Voz común al castellano, el portugués y el francés, de origen incierto; como reaparece, con leves variantes, no solo en las lenguas germánicas, sino en las eslavas y en magiar, y en romance hay dificultades para derivarla del germánico, es probable que en todas ellas se creara paralelamente, con carácter expresivo. DRAE 1726:

Lo mismo que romo y contrario de agudo. Traslaticiamente se llama el rudo y torpe de ingenio o algún sentido.


Bruto: La palabra tiene como raíz gwerd-1 (pesado) y proviene del latín gravis (pesado, cargado) con alargamiento y sufijo gwru-to-. En opinión de Isidoro:



Como si dijéramos obrutus (enterrado), porque está privado de sentido. Es por lo tanto, el que carece de razón y prudencia. Por eso aquel famoso Junio Bruto, hijo de una hermana de Tarquinio el Soberbio, temiendo que pudiera sucederle lo mismo que a su hermano, que fue asesinado por su tio materno a causa de sus riquezas y de su sensatez, simuló durante cierto tiempo una estupidez que le sería útil. De ahí que se le denominase Bruto, aunque su verdadero nombre era Junio.



Con el tiempo esta palabra tomó varios significados, así en el DRAE 1726 tenemos:



Comúnmente se toma por el animal cuadrúpedo como el caballo, mulo o asno. Metafóricamente se llama al vicioso, que vive torpe y desenfrenadamente. Es también irracional, incapaz y estólido. Asimismo se llama el que es en sus costumbres y operaciones bárbaro, y procede bestialmente como ajeno de razón. Algunas veces se toma por cosa torpe, bestial y brutal. Vale también tosco,informe, sin pulimento, sin orden ni figura.

Cabestro: Del latín capistrum. Nombrado en 1330. No se sabe si se usó en la Edad Media como insulto, aunque es muy probable por su asociación a los cuernos del buey, en cualquier caso era "buey viejo que sirve de guía en las toradas". El DRAE 1729 comenta:

Por traslación se llama el marido que consintiendo que su mujer sea adúltera, busca y lleva los galanes, haciendo oficio de alcahuete.

Comenta también el dicho "traer a uno del cabestro":


Es traerle y guiarle como por fuerza. Dícese del que no se gobierna líbremente, sino por voluntad de otro o por su pasión.

Otro dicho: "Al necio del diestro, al loco del cabestro":

Refrán que enseña el modo de tratar con ambos, , y que al uno basta guiarle, y al otro es preciso llevarle por la fuerza.

Cabezudo: Del latín capitia "cabeza", forma que sustituyó a caput, -itis, en el latín vulgar hispánico. La forma cabezón es ya conocida a comienzos del s.XIII. Según el DRAE 1729 un cabezudo es:

Úsase más traslaticiamente, y se toma por el terco, porfiado, tenaz y asido a su dictamen, que no se sujeta a la razón u opinión de otro.

Cabrón: Del latín capra. Ya conocida a comienzos del s.XIII. Según Covarrubias (1611): 

Llamar a uno cabrón, en todo tiempo y entre todas las naciones, es afrentarle. Vale lo mesmo que cornudo, a quien su muger no le guarda lealtad, como no la guarda la cabra, que de todos los cabrones se dexa tomar; y también porque el hombre se lo consiente, de donde se siguió llamarle cornudo, por serlo el cabrón según algunos.

El DRAE 1729 define algunas variables:

1-Cabrón: Metafóricamente el que sabe el adulterio de su mujer y le tolera o solicita. Esta palabra se tiene por muy injuriosa en España, y en otras naciones de la Europa, y es una de las de la ley.

2-Cabronada: La acción infame que hace o permite alguno contra su honra. Esta voz la ha ampliado el ínfimo vulgo, para significar cualquier acción o suceso que le enoja y disgusta o daña a alguno: y así prorumpe diciendo, brava cabronada o esto es una cabronada.

3-Cabronazo: Aumentativo de cabrón. El hombre que no solo consiente el adulterio de una mujer, sino que tiene tan perdida la verguenza, que no se le da nada que lo sepan otros, o hace gala de ello.


Callidus: Insulto desconocido. Procede de callum (callo), la raíz es desconocida, pero podría traducirse con el sentido de "endurecido o curtido como un callo". Según Isidoro:



Taimado, fraudulento, porque sabe engañar y es experto en la malicia. No obstante, entre los antiguos, "callidus" no designaba únicamente al hombre taimado, sino también al docto que obraba con astucia. Al que cambia en seguida de opinión (vertit animun) se le denomina "versátil".



Caupo: Insulto latino desconocido que significa "tabernero". Para Isidoro: "El mal tabernero que mete agua en el vino". Aunque la palabra no existe actualmente, sospecho que aún pulula por ahí más de un caupo. Trampas del oficio que no pasan de moda. Ese garrafón...

Cazurro: Ya nombrada a comienzos del s.XIII. Vieja palabra afectiva común al castellano con el portugués, catalán y dialectos francoprovenzales e italianos. Cazurría (cualidad de cazurro) está documentada en 1330. DRAE 1729:

Cerrado y de pocas palabras, retirado de la comunicación humana, y con el semblante triste y macilento. Valía también en lo antiguo lo mismo que descompuesto, feo y vil. 

Cerril: Del latín cirrus "cerro". Insulto conocido desde al menos 1436, derivado como el antiguo y americano cerrero (hacia 1495). DRAE 1729:

Lo que está por sujetar y domar: que con más propiedad se aplica al ganado mular, caballar y vacuno. Metafóricamente vale grosero, tosco, rústico, sin urbanidad, doctrina ni educación.

Cobarde: Ya conocido en 1251. Del francés antiguo coart (hoy couard), derivado de coe "cola", probablemente porque el cobarde vuelve la cola o huye.



Contencioso: En latín contensiosus. Contentione es contienda. Dice Isidoro: "Nombre derivado de intentio (discusión): el que disputa no por una razón, sino por pertinacia". La palabra está vigente hoy día en el DRAE.



Contumaz: Según Isidoro: "el que desprecia (contemnat)". Para el DRAE tiene el significado de rebelde y terco. Sin embargo la raíz es teud- (hincharse) procedente del latín tumeo (hincharse) refiriéndose al soberbio o hinchado de orgullo.



Contumelioso: Del latín Contumeliosus. Para Isidoro es "el de genio pronto y que se encrespa (tumet) con palabras injuriosas". Posteriormente esta palabra se usó solamente como adjetivo sobre algo injurioso u ofensivo.

Cornudo: Conocido desde al menos 1219. Insulto muy español. Del latín cornu. En la Edad Media los cuernos y la deshonra iban de la mano (véase cabestro y cabrón) . DRAE 1729: "Metafóricamente se le da este nombre al marido, a quien su mujer ofende, bien que lo ignore o lo consienta". Hay una expresión curiosa: "el cornudo es el portero que lo sabe":

Frase proverbial que se dice regularmente por aquel que ignora, y a quien ocultan lo que importa saber para precaver el daño que le amenaza: a semejanza del marido que no consiente la ofensa de su mujer, y que la ignora, siempre procuran precaverse y guardarse de que llegue a su noticia: y así no lo sabe nunca, o si lo sabe es muy tarde.

Cruel/Crudo: Raíz kreud- (carne cruda). Del latín crudelis viene "cruel", ya conocido a comienzos del XIII. Literalmente "que se complace con la sangre". Del latín crudus deriva "crudo" (comienzos s.XIII), literalmente "ensangrentar", usado como insulto en el Quijote. DRAE 1729:

Cruel significa inhumano, sangriento, feroz y sin piedad. Crudo se llama vulgarmente al que hace profesión de ser guapo y valentón.



Degenerado: En latín degener, que significa algo así como "estirpe venida a menos". Para Isidoro:



Indica o que es de humilde cuna o que es de una familia ("genus") cuyos padres pertenecen a diferente rango social, o que ha nacido de familia noble, pero vive a pesar de ello deshonrosamente.



Demente: Insulto con bastante vigencia hoy día. Isidoro:



Lo mismo que "amente": que le falta el juicio, o al menos lo tiene muy disminuido.



Desipiens: Palabra desconocida que significa literalmente "pérdida de sabiduría", alguien decrépito de mente. Para Isidoro: "el que comienza a ser menos sabio de lo que solía ser".



Despreciado: En latín depretiatus. Dice isidoro: "Porque es barato y no es digno de precio alguno".

Desvergonzado: Del latín verecundia, propiamente "reserva", "pudor, respeto". Ya en castellano hacia 1250. DRAE 1729: "El descomedido, descarado o insolente".



Diro: Insulto desconocido, en latín Dirus que significa "funesto, de mal agüero". Es muy parecido a "maldito". Comenta Isidoro:



Miserable y odioso, como si hubiera descargado sobre él la ira divina, pues se dice "dirum" lo que provoca la ira divina.



Doloso: En latín dolosus. Para Isidoro: "Insidioso o maligno, porque engaña (deludere), y para engaitar a las personas adorna su oculta malicia con seductoras palabras". Posteriormente esta palabra se utilizó únicamente como adjetivo para algo engañoso o fraudulento.



Efractor: En latín effractor. Es palabra muy anticuada, aparece solo en la versión del DRAE de 1984. Para Isidoro: "Se llama effractor (que roba fracturando), porque es precipitado, impetuoso, con espíritu fiero que excede los límites humanos y sin el freno de la razón".

Enano: La raíz es nana- (palabra cariñosa para arrullar; nodriza). Del antiguo nano, 1294, procedente del latín nanus y éste del griego nanos; enano es alteración quizá debida al influjo del antiguo enatio "feo, deforme", hacia 1260 (derivado del latín vulgar inaptus "torpe, grosero)". DRAE 1732:

El hombre pequeño y de estatura muy chica: los cuales son ordinariamente monstruosos, con las piernas torcidas y en arco, y lo demás del cuerpo abreviado y reversado, menos la cabeza y rostro, que parece tan pequeño cuerpo, es disforme.

Envidioso: Ya conocido a comienzos del s.XIII. Del latín invitia, derivado de invidere "mirar con malos ojos, con envidia" y éste de videre "ver". El famoso y antiguo mal de ojo tan común en casi todos los pueblos mediterráneos, se creía provocado por una mirada envidiosa. Aparte de ser el pecado nacional, la envidia denota falta de inteligencia, pues mientras el glotón disfruta de la comida o el lujurioso del sexo, el envidioso sufre por nada a cambio. El DRAE 1732 define la envidia: "Dolor concebido en el ánimo del bien y prosperidad ajena".



Estulto: Latín stultus. Raíz stel- (poner, colocar) con significado "que no puede moverse".Desde el s.XVI se usó "estólido" como sinónimo. Isidoro: Que tiene la inteligencia obtusa, como ya dijo alguien: "creo que soy un estulto, pero no me considero un bufón". Es decir, que tiene los sentidos embotados, pero no carece por completo de ellos. Por lo tanto estulto es el que por su estulticia no reacciona ante las injurias; soporta la crueldad; no se venga ni le causa dolor ignominia alguna.



Estúpido: En latín stupidus. Raíz (s)teu- (empujar, golpear), del latín stupeo (estar aturdido). Isidoro: que se queda con frecuencia estupefacto.  Originalmente era sinónimo de "pazguato". Sobre el pazguato dice el DRAE 1737: "Simple, que se pasma y admira de lo que ve u oye". Con el tiempo la palabra cambió de significado. DRAE 1732: "Bruto, insensado y estólido. Es voz de poco uso".

Facineroso: Proviene del verbo "hacer". En latín facinorosus. Según Isidoro: "recibe este nombre por los actos que comete, pues hace algo que daña a otra persona". En castellano se dijo posteriormente facinoroso (1490-s.XVIII), derivado de facinus "hazaña", "crimen". Según el DRAE 1732: "Delincuente malvado, lleno de delitos, desbocado y disoluto".


Falaz: De aquí viene "falacia". Dice Isidoro que se dice así "porque engaña al hablar (fari), es decir, al dirigir la palabra".

Falsario: Ya conocido hacia 1250. Del latín falsus, propiamente participio pasivo de fallere "engañar". DRAE 1732: "Vale acostumbrado a hacer falsedades, mentiroso, falto de fe y palabra".


Faquín: Desde al menos 1445.  Probablemente del francés faquin "mozo de cuerda" (que solo se ha señalado en 1534, pero debió ya existir a principios del s.XV), del cual parece tomado asimismo el italiano facchino (1442), que posteriormente influyó en el uso del vocablo español; el francés faquin se considera derivado del francés anticuado facque "bolsillo", "saco", s.XV, que a su vez procede del neerlandés fak "bolsa". DRAE 1780: "Lo mismo que mozo del trabajo, o esportillero, que sirve para llevar cargas".



Fatuo: Comenta Isidoro:



Se cree que fatuo se dice así porque no entiende lo que él mismo habla ("fatur") ni tampoco lo que otros le dicen. Hay quienes opinan que fatuo tiene su origen en los admiradores de Fatua, la profética esposa de Fauno, y comenzaron a llamarles fatuos porque quedaban de tal manera sobrecogidos por sus vaticinios, que llegaban incluso a volverse locos.



Aunque no es segura la relación, Isidoro piensa en Fatua la adivina. Tal vez como burla se aplicó esa palabra a los que hablan sin saber de qué. En el DRAE 1732 es "simple, tonto, insensato que no distingue ni discierne". La palabra sigue en vigor hoy día en el DRAE.

Fementido: Ya conocido a comienzos del s.XIII. Del latín fides "fe, confianza". DRAE 1732:

Falto de fe y palabra. Es formado de las voces fe y mentir porque miente o falta a la fe o palabra.



Feo: En latín foedus. Palabra con multitud de significados: "feo", "deforme", "horrible", "repugnante", "repelente al gusto y al olfato", "ignominioso", "indigno", "vergonzoso", "quebrantador de tratados". Dice Isidoro:



Toma su nombre de "hircus" (macho cabrío) y "haedus" (macho cabrío), anteponiendo una F. Nuestros antepasados utilizaban esta palabra con un significado riguroso como comenta Virgilio en las Eneidas: "...mancillado con sangre los fuegos que él mismo había consagrado".

Férvido: En latín Fervidus, derivado de "hervir". Para Isidoro: "iracundo, porque se inflama de ira". Posteriormente se usó solo como adjetivo.

Follón: Cobarde, vil (desde 1605), antes "iracundo" (s.XIII) o "traidor" (s.XIV). Del antiguo fellón (comienzos s.XIII), y éste del catalán felló, que, junto con el occitano antiguo y francés felon "cruel, malvado", "vil, traidor", viene probablemente del fráncico fillo, -ons, "verdugo" derivado del germánico filljan "desollar", "azotar". El arcaísmo castellano follón no debe confundirse, como se ha venido haciendo, con los modernos follón "cohete", "ventosidad" y "enredo". Del francés felon viene el castellano felón "desleal", palabra usada desde 1884.

Fornicador: Nombrada en 1431. Tomado del latín fornicare "tener comercio carnal con prostituta" (derivado de fornix-icis, "lupanar", propiamente "lugar en forma de bóveda"). DRAE 1732: "Dícese del que está regularmente encenagado en el vicio de la sensualidad".


Frendens: Insulto curioso y desconocido. Para Isidoro: "Que rechina, porque al amenazar, hace crujir sus dientes (frangere dentes)".



Ganeo: Palabra desconocida. Según Isidoro: "lujurioso; el que frecuenta los lugares ocultos y subterráneos, lo que los griegos llaman gáneia".

Gañán: Conocida desde al menos 1495. Probablemente del francés antiguo gaaignant "labrador", principio activo de gaaignier "ganar", y en particular "hacer de jornalero rural", "cultivar la tierra"; éste del germánico waidanjan "buscar comida", "cazar". "Gañanía" ya es nombrado en 1605 y significa "casa de los gañanes". DRAE 1734:

El pastor rústico y grosero que guarda ganado, y sirve a los demás pastores y mayorales en los ministerios más ínfimos y humildes. Covarrubias dice se llamó gañán del latino ganeo nis, porque sirve de cocinero desollando las reses y aderezando la comida a los demás. Por ampliación significa el jornalero que por su salario cultiva los campos.



Gárrulo: En latín garrulus, la raíz es gar- (llamar, gritar), procedente del latín garrio (gorjear, croar, parlotear). Es palabra aceptada hoy por el DRAE. Según Isidoro:



En su sentido apropiado, gárrulo es lo que la gente llama charlatán. Cuando se encuentran exultantes de alegría, ni pueden ni quieren callarse. El nombre está tomado de los grajos, que con inoportuna locuacidad, están constantemente graznando y no descansan un instante.

Gitano: Viene de egiptano, derivado de Egipto, por haber afirmado los gitanos que procedían de este país. Los primeros gitanos llegaron a la Península a comienzos del s.XV, desde entonces es casi seguro que comenzaron los tópicos negativos tan conocidos hoy día. DRAE 1734:

Cierta clase de gente que afirmando ser de Egipto, en ninguna parte tienen domicilio, y andan siempre vagueando. Engañan a los incautos diciéndoles la buena ventura por las rayas de la mano y la fisonomía del rostro, haciéndoles creer mil patrañas y embustes. Su trato es vender y trocar borricos y otras bestias, y a vueltas de todo esto hurtar con grande arte y sutileza. Por analogía se llama al sujeto advertido, difícil de engañar y que sabe dirigir y ejecutar con destreza y astucia sus negocios. Se llama también el que tiene atractivo en lo que dice y habla, aunque no sea para engañar; y así se dice es muy gitana por ser muy halagueña y cariñosa.

Glotón: Ya nombrado en 1251. Del latín glutto, onis-. Raíz gwel- (tragar) con alargamiento glutt-; literalmente "el que traga o devora". El DRAE 1734 define algunas variaciones:

1-Glotón: El que come mucho y desordenadamente.

2-Glotonazo: Aumentativo de glotón. El que come con grandísimo exceso y desorden.

3-Glotoncillo: Diminutivo de glotón. El que tiene algún exceso en el comer o beber.

Gordo: En castellano desde 1124. Del latín gurdus "boto, obtuso", "necio", que es quizá de origen hispánico. De "embotado" se pasó a "grueso" y de ahí a "gordo". DRAE 1734: "Corpulento, pingue y de muchas carnes".

Grosero: Del latín grossus "grueso", "abultado, de mucho espesor". Grosero está documentado en 1444 y grosería en 1490. DRAE 1780:

Basto, grueso, sin arte ni talle; como ropa grosera. También descortés y que no observa urbanidad y respeto.

Hacino: Avaro, afligido, del andalusí hazín "triste". Fue insulto muy corriente en el siglo XV. DRAE 1780: "Antiguamente lo mismo que infeliz, desdichado; actualmente lo mismo que triste".

Hediondo: Ya nombrado a comienzos del s.XIII. Del latín foetere "heder". Derivado de foetibundus. DRAE 1734: "Metafóricamente se llama el hombre enfadoso, mal sufrido e impenitente".


Hijo de puta: En el fuero de Madrid, (1202) aparece la forma femenina "filia de puta" como insulto castigado severamente por las leyes. Parece que el término "hideputa" ya aparece en boca de don Pedro I (s.XIV) cuando se enfrenta a su medio hermano el Trastámara en el pabellón de Du Guesclín, cuando el bastardo entra y dice lo de "quién es ese que se dice rey de Castilla", y don Pedro replica: "yo, y tú eres el hideputa que va a morir aquí mismo".  Comenta el DRAE 1734: "el que no es procreado de legítimo matrimonio". Supongo que el DRAE antiguo evitó por pudor definir tan gravísimo insulto en un país en el que el linaje era importante. Véase "puta".



Hipócrita: En latín hypocrita. Término hoy vigente y común. Comenta Isidoro.



Palabra griega que en latín se traduce por "simulador", el que siendo interiormente un malvado, a la vista de la gente se muestra como bueno. Y es que "hypo" quiere decir falso y "krísis" es opinión. El nombre "hipócrita" está tomado del aspecto que en el teatro tomaban los actores, quienes se presentaban con la cara cubierta, con el rostro pintando unas veces de azul, otras de rojo o de otras tonalidades; mostrando caretas teñidas de yeso o de colores variados; e incluso con el cuello y las manos pintarrajeadas de greda, para, mediante el color, encarnar un personaje y engañar al pueblo durante la representación escénica; ora se presentan como hombres, ora como mujeres; ora aparecen calvos, ora peinan cabellera; tan pronto se muestran como viejecitos, que como doncellas, o bajo otra apariencia cualquiera, cambiando de edad y de sexo, de forma que engañan al pueblo mientras representan su espectáculo. Este término se aplicó traslaticiamente a los que se muestran con un falso rostro y simulan lo que no son. En cambio no podemos calificarlos de hipócritas desde el momento que terminan su representación.

Holgazán: Del latín follis "holgar" (descansar, estar ocioso) ya conocido a comienzos del XIII. "Holgazán" (1464) es derivado del antiguo verbo "holgazar" ("pasarlo bien", "no querer trabajar"), con la terminación de "haragán". DRAE 1734: "El vagabundo, haragán, ocioso, que  no quiere trabajar".

Huerco: Desde comienzos del s.XIV. Procedente del latín orcus, voz con que se denominaba al dios de los infiernos, Plutón. DRAE 1724: "Se llama la persona que está siempre llorando, triste y retirado en la oscuridad, por ser un retrato de la muerte".



Idiota: En latín idiota. Según Isidoro: "Inexperto, es palabra griega". La raíz es s(w)e- , con alargamiento y sufijo swed-yo, de origen griego que significa "propio", "personal", "particular de uno mismo". Su definición es "ignorante", pero originalmente fue "ciudadano común y corriente". "Idiotismo" es derivado y significa "giro o construcción peculiar de un idioma". Equivale a lo que hoy llamamos "provinciano": aquel con estrechez de espíritu y apego excesivo a la mentalidad o costumbres particulares de una provincia o sociedad cualquiera, con exclusión de las demás.



Imbécil: En latín imbecillus. La raíz es bak- (bastón usado como soporte). Procede del latín baculum (báculo), propiamente "imbécil" es "sin soporte", "débil en grado sumo", "de flaca inteligencia", voz utilizada originalmente en su acepción física; posteriormente en el francés del s.XVII fue aplicado a la debilidad mental. De hecho, comenta Isidoro: Imbécil, es como si dijéramos "sin báculo", frágil e inconstante.



Impudente: En latín impudens. Isidoro: "que carece totalmente de pudor y de verguenza".



Inepto: Ineptus en latín. Para Isidoro: Lo contrario de "apto".



Infame: En latín infamis. Para Isidoro: "sin buena fama".



Insidioso: En latín insidiosus. Procede de la raíz sed- (sentarse), del latín sedeo en el sentido de "emboscada", "trampa o engaño dispuesto para engañar o desorientar", "acción de instalarse en un lugar". Isidoro: "que trama insidias. En su sentido preciso, insidiar es esperar a alguien tendiéndole trampas, y de ahí el nombre de insidias".



Insipiente: Latín insipiens. Isidoro: Lo contrario de sapiente, porque carece de sabor, y no tiene criterio de verdad, contrario a sabiduría alguna.

Insolente: Procedente del latín solere "acostumbrar, tener costumbre". Insolente aparece ya en 1435, del latín insolens, propiamente "desacostumbrado", de donde, "desmesurado, excesivo". DRAE 1734: "Arrogante o soberbio".

Judío: Insulto antediluviano, pues ya había comunidades de judíos en la Península desde la Edad Antigua. A tenor de las leyes visigóticas documentadas contra la usura judaica es de sospechar que fuera insulto desde por lo menos comienzos de la Edad Media. Según Albornoz llamar "judío" a alguien era delito en la España medieval. Como insulto, "judío" incluía los tópicos acumulados durante siglos sobre el pueblo hebreo: tacaño, lujurioso, delator y terco.

Ladrón: Conocido en castellano desde comienzos del s.XIII. Del latín latro-onis "bandido, ladrón en cuadrilla", primitivamente "guardia de corps, mercenario". Los primeros ladrones eran mercenarios, de aquí viene su malsana reputación. Hoy día ser mercenario es visto casi como algo normal, antaño era una deshonra. DRAE 1734: "El que hurta y roba alguna cosa".

Lerdo: Significaba "bobo" en 1330, mientras que "pesado, torpe" a mediados del XVI y "lento" en 1619. Voz común con el portugués y vasco lerdo. De origen incierto; no hay razones firmes para identificarla con el francés lourd "sucio" (y antes "estúpido") y su familia romance, que procede del latín luridus "amarillento, pálido". DRAE 1734:

Pesado, torpe y tardo. Aplícase regularmente a las bestias. Metafóricamente vale tardo en comprender o aprender las cosas. En la Germanía (jerga criminal) significa cobarde.



Leve: En latín levis, insulto desconocido. Raíz legwh- (ligero, de poco peso), algo así como el actual "veleta". Isidoro: Se le denomina así por la incosistencia de su carácter: al menor movimiento de su espíritu desea esto o aquello.

Loco: Parece venir del árabe lawqa "loco", pero como dice Covarrubias: La etimología de este vocablo tornará loco a qualquiera hombre cuerdo.... Así que le echaremos cuenta por si acaso. Palabra ya conocida a comienzos del s.XIII. DRAE 1734: "El que ha perdido el juicio, carece de razón y hace disparates. Por semejanza se llama el sujeto de poco juicio y asiento". 

Magancés: Traidor alevoso; individuo ruín y perverso; persona aviesa y dañina, de la que conviene apartarse. Fue insulto gravísimo a finales de la Edad Media. En cuanto a su etimología, como tantos otros, procede de un personaje histórico medio legendario: el conde Galalón de Maganza o Maguncia, de quien se habla en la Historia de Carlomagno, traidor que puso a merced de los infieles al caballero Roldán, el de la Chanson, en Roncesvalles. Se documenta en castellano a mediados del siglo XIV, y fue término utilizado por los autores de los siglos de oro. La voz perdió virulencia y matices peyorativos a lo largo de los años. 

Malandrín: Del italiano malandrino "salteador" o del catalán antiguo malandrí "bellaco, rufián", fin s.XIV, que parecen haber significado primitivamente "pordiosero leproso". Derivado del latín malandria "especie de lepra", que es alteración del griego melándryon "corazón del roble (por el color oscuro, común a las dos cosas), y éste contracción de tó mélan dryós "lo negro de un roble". En 1570 se traduce malandrino como "salteador" en un diccionario toscano-castellano. Desde 1605 "bribón". DRAE 1734:

Propiamente es el salteador de caminos. Es voz tomada del italiano, en cuyo idioma significa lo mismo. Tómase regularmente por malhechor, ruin y bellaco: y se pudo decir también  cuasi mal andarín del latino malandrinus.

Maldito: Término ya nombrado en la primera mitad del s.XIII. Del latín dicere "decir". DRAE 1734:

Aquel a quien han echado maldiciones. Maldición es imprecación con que se desea y pide que venga algún daño, mal o perjuicio a otro. Significa también perverso, malvado, de mala intención y dañadas costumbres. Se toma también por el condenado y castigado por la Justicia Divina. 

Malsín: Conocida en 1307, "delator", "que siembra discordia". Del hebreo malsín ("denunciador"), derivado de lasón (lengua, lenguaje). Hacia 1530 se conoce "malsinar" (acusar). No me cabe duda que la palabra tuvo origen en los muchos judíos hispanos que delataban a los que no pagaban impuestos y rentas al fisco, además era término hebreo. DRAE 1734:

El chismoso mal intencionado que solicita hacer o poner mal a otros.

Mamón: Conocido ya en 1490. Raíz ma-2 (madre), del latín mamma (mama, pecho, seno, ubre). En inglés se dice sucker. DRAE 1734:

Se llama por alusión la persona que en su trato y modo de proceder tiene cosas de niño.

Posteriormente tuvo el significado de "que mama mucho, o más tiempo del regular".


Marrano: En la acepción "cristiano nuevo", es de principios del XIII, es indudablemente aplicación figurada de "marrano" (cerdo, desde al menos 965), vituperio aplicado por sarcasmo, a los judíos y moros convertidos, a causa de la repugnancia que mostraban por la carne de este animal, prohibida por sus antiguas religiones. En el sentido de "cerdo" es palabra propia del castellano y el portugués (marrao) que a su vez procede del andalusí muharrám "declarado, prohibido, anatemizado", puesto que está prohibido el consumo de la carne de este animal a musulmanes y judíos. Como insulto común tiene el mismo significado que puerco, cochino, guarro y cerdo. Dice el DRAE 1729 sobre "cochino":

Metafóricamente se llama así la persona que es desaliñada, asquerosa o puerca.

Mendrugo: Nombrada en la segunda mitad del s.XIV, "pedazo de pan duro o desechado". Origen incierto, teniendo en cuenta que significa "holgazán", "hombre tosco", en varios dialectos del Norte y del Oeste, quizá empezó por significar "pordiosero", llamándose así el mendrugo por ser cosa de mendigos, pues el catalán dialectal mandró reune también los sentidos de "mendrugo" y "perezoso", "hombre de mala vida"; podría entonces estar por madrugo, derivado de mandria, alterado por influjo de mendigo. En el s.XIV tenía también el significado de "hombre necio y de cortos alcances". 

Mentecato: Nombrada ya en 1570, del latín mente captus (propiamente "cogido de la mente"). El origen latino de la palabra induce a pensar que era conocida desde mucho antes. DRAE 1734: "Loco, falto de juicio, privado de razón". Se llamaba "mentecatería" a las necedades propias del mentecato. Este insulto debió ser grave y origen de no pocos duelos desde el s.XVI.

Mezquino: Ya conocido en 950. Del árabe miskin "súbdito de palacio", con una comprensible evolución semántica hacia la pobreza y precariedad y, ya en romance, hacia la pobreza moral. DRAE 1734:

Pobre, necesitado y falto de lo necesario. Significa también miserable, apocado y escaso.

Mollis: Raíz mel-1 (suave). Palabra desconocida equivalente a "blando" o "afeminado". Una vez me comentó un canadiense que llaman "soft" (blando) en algunos lugares de su país a los afeminados.  Isidoro: porque deshonra con su cuerpo lánguido el vigor de su sexo, y porque se muestra blando como una mujer. 

Monstruo: Antes mostro, hacia 1250. Tomado del bajo latín monstruum, alteración del latín monstrum, propiamente "prodigio" (que parece ser derivado de monere "avisar", por la creencia en que los prodigios eran amonestaciones divinas). Así, llamamos "monstruo" a la persona mala, cruel y perversa; y también al individuo deforme, extremadamente feo, que contradice con su existencia el orden natural de la naturaleza. En ambos sentidos se utiliza desde el siglo XIV. DRAE 1734: "Por traslación se llama lo que es súmamente feo. Por extensión se toma por cualquier cosa excesivamente grande o extraordinaria en cualquier línea".



Mulcator: Insulto desconocido, una especie de adulador. Isidoro: Porque con zalameras palabras trata lisonjeramente de inclinar el sentimiento; es palabra derivada traslaticiamente de "mulsum" (vino mezclado con miel), que suele aliviar el dolor de boca o el estómago empachado.

Necio: Conocido desde al menos el s.XIII, tomado del latín nescius, derivado negativo de scire (saber). "Necedad" ya se empleaba en castellano hacia 1330 y proviene de nesciedad. Comenta el DRAE 1734: "Ignorante y que no sabe lo que podía y debía saber".



Obtuso: En latín obtunsus. Isidoro: muy embotado y tupido, como tundido por todas partes. Según el DRAE "torpe o falto de comprensión".

Orate: Hacia 1425. Del catalán orat, -ada, s.XIII. Éste es el equivalente del occitano aurat, del mozárabe aurato "silvestre" (aplicado a las plantas) y del portugués ourado "mareado, que siente vértigo". Derivado del latín aura "aire, viento", en el sentido de "aura malsana" y en el de "ligereza, inconstancia". En tierras catalanas las casas de orates o manicomios ya existían a finales del s.XIV, institución propagada desde ahí a Aragón (1425) y más tarde a Castilla, junto con el nombre. DRAE 1737: "La persona desbaratada, sin aliento ni juicio".

Pellax: Insulto desconocido en castellano. Equivalente a "engatusador". Isidoro: "deriva de pellicere (engatusar)".

Pelmazo: Desde comienzos s.XIII., "objeto compacto o pesado".  Raíz pak- (fijar, atar, asegurar). Probablemente derivado del griego pegma, "materia congelada o coagulada" (derivado de pegnymi "yo clavo, fijo, coagulo"). Parece procedente de pegmation, diminutivo griego de aquella palabra. Como insulto está atestiguado a comienzos del s.XIV. DRAE 1737: "Metafóricamente se llama el sujeto tardo o pesado en sus acciones".

Penoso: Del latín poena "pena" y éste del griego poiné "multa". Penoso es derivado ya conocido a comienzos del s.XIII. Inicialmente era adjetivo, no sabemos si se usó como insulto, pero al menos desde la edición DRAE 1737 hasta hoy día sí:

Lo que causa pena o cuesta gran dificultad o trabajo. Se llama también al presumido de lindo o de galán. Es del estilo familiar.

Perezoso: Del latín pigritia "pereza". Comenta Isidoro del piger: "como si dijéramos pedibus aeger (enfermo de pies), pues se muestra lento para caminar. Esta palabra, en razón de su empleo, comenzó a aplicarse también al estado anímico".

"Pigro" (1435) o "pigre" (1737) se han empleado también por cultismo. DRAE 1737:

Negligente, descuidado o flojo en hacer lo que debe o tiene precisión de hacer. Vale también tardo, lento o pesado en el movimiento y la acción. Se llama particularmente el que tiene dificultad en levantarse de la cama o asiento.

Pérfido: En latín perfidus. Raíz bheid- (persuadir), del latín fides. "Pérfido" significa propiamente "confianza o fe en exceso". Isidoro: así llamado porque es un falso y no guarda la palabra empeñada como si dijéramos "perdems fidens" (que pierde su fidelidad).


Perro: Ya conocido en 1136. Vocablo exclusivo del castellano, que en la Edad Media solo se emplea como término peyorativo y popular, frente a "can", vocablo noble y tradicional. DRAE 1737:

Metafóricamente se da este nombre por ignominia, afrenta y desprecio, especialmente a los moros o judíos. Figuradamente se toma por tenaz, firme y constante en alguna opinión o empresa.

Pícaro: La forma castellana es nombrada en 1545. De origen incierto. Es probable que pícaro y su antiguo sinónimo picaño, 1335, sean voces más o menos jergales, en sus orígenes, y derivado del verbo "picar", por los varios menesteres expresados por este verbo, que solían desempeñar los pícaros (pinche de cocina, picador de toros, etc.); lo cual se confirma por el hecho de que en el sentido de pinche de cocina "pícaro" ya aparece en 1525. Hubo influjo posterior del francés picard, que dio lugar a la creación del abstracto picardía, por alusión a esta provincia francesa, pero no hay pruebas convincentes de que este influjo determinara la creación del vocablo. DRAE 1737:

Bajo, ruin, doloso, falto de honra y verguenza. Covarrubias dice puede venir del nombre Pica,  porque en la guerra los vendían por esclavos, poniéndolos junto a una pica clavada en el suelo. Significa también astuto, taimado y que con arte y disimulación logra lo que desea. Picarón o picaronazo es aumentativo. Picarote es el pícaro redomado, cauteloso y astuto.

Y sobre la "picardía" comenta:


Picardía es acción baja, ruindad, vileza, engaño y maldad. Vale también bellaquería, astucia o disimulo en el decir o hacer alguna cosa. Se toma asimismo por acción deshonesta o impúdica. Se toma otras veces por la junta o gavilla de pícaros.



Pirata: En latín piratae. Término griego de peiratés, no atestiguado antes de Cicerón. Raíz per-3 (intentar, arriesgarse), con sufijo per-ya (prueba, tentativa, que ataca). Isidoro: Son salteadores marinos; se les da este nombre porque solían incendiar las naves que capturaban; y es que "pyr" significa fuego.

Puerco: Del latín porcus, ya conocido en el s.XI. Con este nombre se designó al cochino y se usó también como insulto. Véase "marrano". DRAE 1737:

Desaliñado, sucio y que no tiene limpieza. Traslaticiamente vale grosero, sin policia, cortesía ni crianza.



Pusilánime: De la raíz pou- (poco) y and- (respirar), o sea, de poco ánimo. Isidoro: Es lo contrario de magnánimo, estrecho de espíritu e incapaz de soportar tribulación alguna. Sobre él está escrito: "el pusilánime es profundamente necio".

Puta: Conocida en el s.XIII. Etimología incierta. Probablemente del mismo origen que el italiano anticuado putto, putta (muchacho/a); a saber del latín putus (niño). Derivado es "puto" (sodomita), conocido desde mediados del XV, anticuado solo en España. Acerca de "puta" dice el DRAE 1737:

La mujer ruin que se da a muchos. Covarrubias siente se pudo decir cuasi pútida, porque siempre esta escalentada y de mal olor.

Por último comenta una expresión popular: "Puta la madre, puta la hija y puta la manta que las cobija":

Refrán con que se nota a alguna familia o junta de gente, donde todos incurren en un mismo defecto. 

Rafez o Rahez: Del andalusí raxís "barato". Del mismo étimo con metanálisis y sustitución de sufijo romance parece ser el árabe "rafollada" (abundancia). Como insulto está documentado desde el s.XIV. DRAE 1737: "Bajo, humilde y abatido. Es voz anticuada".

Rapaz: Documentado como insulto en el s.XIII. Raíz rep- (arrebatar"). En la Edad Media significó además "muchacho de corta edad", "criado, lacayo", "arrebatador", por alusión a la rapacidad de los lacayos y de los sirvientes del ejército. DRAE 1737: "El que tiene inclinación o está enviciado en el robo, hurto o rapiña. Se llama también el muchacho pequeño de edad, la terminación femenina se dice rapaza".

Ramera: Conocido al menos desde 1490. Empezó siendo una prostituta disimulada que, fingiendo tener taberna, ponía ramo en su puerta. DRAE 1737:

La mujer que hace ganancia de su cuerpo, expuesta vilmente al público vicio de la sensualidad, por el interés. Ramería es el burdel de mujeres públicas, o el mismo vil y torpe ejercicio de ellas.

Rastrapaja, Rastrapajo: Palurdo que se arrastra. Persona miserable, que a la pobreza material une la espiritual. También se le llamó "rastrapies", por el andar cansino y vacilante de quien no tiene rumbo en la vida. Es el arrastraculos y rastracueros que anda un tanto sonado buscando el modo de llenar el vientre todos los días. Aparece en los Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo, (primera mitad del siglo XIII) como término muy despectivo.

Renacuajo: Del latín rana. Se llama así al hombre pequeño, mal tallado y enfadoso; hombrecillo despreciable no ya por su escasa alzada, sino por su mal genio y peor intención. Se utilizaba como insulto a finales del siglo XIV, aunque se generalizó a finales del siglo XVI, utilizándose para tildar de tal, como en el caso de "mocoso", a adolescentes y muchachos que afectan actitudes de adulto, así como a gente de nula relevancia social.

Repugnante: Ya nombrado en 1440. Raíz peug- (punzar, golpear) del latín pugnus "puño", significa literalmente "luchar contra algo", y de aquí a "aversión o asco".

Ribaldo: Sujeto ruin y apicarado, violento y de vida licenciosa y poco clara; también se dice del hombre vil, chulo o matón de mancebía que vive de las mujeres. Es voz antigua en castellano. En cuanto a su etimología, deriva del francés antiguo ribaud, ribalt  "libertino, bribón, vagabundo", que a su vez deriva de la voz procedente del germano o alemán antiguo, riben con el valor semántico de "copular", de donde derivó a su vez el término ramera según algunos. El escudero del Libro del Caballero Zifar (principios del siglo XIV), se llamaba así, y había sido antes un bellaco parlanchín criado de un pescador; el término se documenta en esta primera novela de caballerías, en el siguiente contexto: "¡Ve tu vía, ribaldo loco! -dixo el hermitaño- ¿Cuidas fallar en todos los otros omes lo que fallas en mí, que te sufro en paçiençia quanto quieres dezir?".

Poco antes lo había utilizado el autor de la Gran conquista de Ultramar, c. el año 1300. A mediados de aquel siglo, Juan Ruiz, en su Libro de Buen Amor, da al término valor semántico de ignorante y bribón. DRAE 1803: "Pícaro, bellaco".


Rijoso: Del latín rixosus, procedente a su vez de rixa (riña). Isidoro: "Se le llama así del rictus que ofrece la boca del perro; siempre está dispuesto a contradecir, disfruta con los altercados  y provoca al contendiente". 

Rudo: Tomado del latín rudis "grosero, burdo", propiamente "que está en bruto, no trabajado" Conocida en castellano desde al menos 1335, al igual que "rudeza".  DRAE 1737:


Se toma por el que tiene dificultad grande en sus potencias, para percibir, aprender o explicar lo que estudia o enseña. 

Rufián: S.XIV o XV. Vocablo común a las principales lenguas romances, muy antiguo en Italia (ruffiano, s.XIII) y sur de Francia (1243), y quizá nacido en el primero de estos países. De origen incierto. Tal vez procedente del latín rufus "pelirrojo", sea por la prevención vulgar que existe contra la gente de este color, o por la costumbre de las meretrices romanas de adornarse con pelucas rubias. Como rufián propiamente es el hombre que vive de las prostitutas, un rufulanus (que habría dado normalmente ruffiano en Italia), deriva de rufula "rubiecita", y luego "meretriz", es posible, aunque doblemente hipotético, y cabe imaginar otros modos de formación.

Ruin: Roin en 1335, hermano del portugués ruim y el catalán roí o roín; lo primitivo sería ruino "ruinoso, echado a perder" (derivado de ruina), que pasaría a ruin en apócope proclítica (ruin, camino, etc.) y de ahí se generalizaría esta forma en el masculino y en el femenino. DRAE 1737:

El hombre vil de pocas obligaciones, malas costumbres y procedimientos. Aplícase también a las mismas costumbres o cosas malas.

Sabandija: Comienzos s.XV. Probablemente voz prerromana, emparentada con el nombre vasco de la lagartija (sagundilea, 1562, sugandilla, suangilla, sanguandilla), pues sabandija todavía es el nombre especial de este animalito en Castilla y en otros dialectos españoles. Una forma protohispánica seuandilia pudo dar conjuntamente la forma castellana, las formas vascas y la portuguesa sevandilha. Que esta palabra resulte de una combinación vasca antigua seguandelea, metátesis de sugeandere-a "la muchacha de la culebra", aunque no enteramente seguro, es probable, sobre todo en vista de las formas dialectales vascas suge-kandera, -kandela, "lagartija".

Se dice en sentido figurado, teniendo en mente al reptil pequeño, o al insecto repugnante y molesto. Persona despreciable y dañina. DRAE 1739: "Por traslación significa la persona pequeña o despreciable, por su forma, acciones o estado".

Sandio: Hacia 1630. Es deformación del antiguo sandío, s.XII, todavía acentuado así en el s.XVI y comienzos del XVII. En portugués sandeu. En ambos idiomas significaba "idiota", "loco". Origen incierto; probablemente de la frase sancte deus "santo Dios", que pronunciada al principio como exclamación de piedad ante el pobre imbécil, acabó por aplicarse a este mismo. En castellano conservó la acentuación latina y arcaica del nombre de Dios, hasta que quedó anticuado en el XVI; después, al restaurarlo Cervantes en la jerga caballeresca del Quijote, fue mal pronunciado sándio (según el modelo de los adjetivos relacionados, necio, zafio y sabio). Sandez, 1251, deriva de la forma arcaica sandeo, de donde sandeez, sandez. Otra posibilidad es que proceda del sintagma latino: sine Deus, pues el sandio es tan idiota que parece haber sido dejado de la mano de Dios.

Fue palabra popular en la Edad Media, de uso tan extendido entonces como hoy lo está la voz "imbécil". Juan Rodríguez del Padrón, en su novelita sentimental Siervo libre de amor, utiliza el término (primer tercio del siglo XV) con el valor semántico de "necio, simplón". Su uso como insulto en castellano se remonta al siglo XII. La empleó Gonzalo de Berceo en su obra Milagros de Nuestra Señora, donde escribe "sandío", con acento que deshacía el diptongo: Respondió el cristiano, díssoli al judío: entiendo que me tienes por loco e sandío, que non traio consejo, e ando en radío... 


DRAE 1739: "Loco, necio o simple. Es voz de poco uso".


Scaevus: Insulto desconocido. Isidoro: "siniestro y perverso, derivado de skaiós; es el hombre de espíritu depravado y cruel". Parece el nombre medieval para "sicópata".

Scelorosus: Palabra desconocida que viene a significar "criminal terrible". Isidoro:

Lleno de crímenes; así como a un lugar lleno de piedras lo llamamos pedregoso ("lapidosus"), y si está lleno de arena, arenoso. De todas formas scelorosus es mucho más que criminal.

Sicario: En latín sicarius, procedente de la "sica", arma empleada por los asesinos en época romana, la palabra no es aceptada por el DRAE hasta el s.XIX.  Isidoro: 

Se le llama así porque va provisto de armas para perpetrar un crimen. La sica, procedente de segar (cortar), es un gladio.

Sodomita: Hacia 1495. Tomado del latín sodomita "habitante de Sodoma", voz que en la Edad Media tomó el significado actual, por alusión a los vicios de que se acusaba a los pobladores de esta ciudad bíblica. DRAE 1739: "La persona que comete concúbito con otra del mismo sexo o en vaso indebido". 

Soez: Ya conocido en 1437. Teniendo en cuenta que la grafía antigua es sohez y que es palabra tardía, quizá sea una modificación del antiguo sinónimo rehez (variante de rahez, ss. XIII-XV; procedente del árabe rahis "barato"). Interpretado éste popularmente como un intensivo de la hez "lo más vil, la inmundicia", se formaría sohez para expresar un mayor grado de abyección. Anticuado ya en el s.XVI, como propio del estilo de los libros de caballerías, soez volvió a entrar en circulación gracias al Quijote, en calidad de palabra literaria, que algunos, sólo desde el siglo XIX, han empleado incorrectamente con el sentido de "sucio" u "obsceno".  Sohez es según el DRAE 1739: "Bajo, infame y la hez de la República o lo que es despreciable enteramente por de ningún valor o estima".


Temulentus: Insulto desconocido, equivalente a "borracho". Isidoro: "se le denomina así por el vino puro (tementum)". Véase "borracho".



Torpe: Latín turpis. Raíz ster-1 (tieso, rígido), del latín torpeo (estar entumecido, aterido). Isidoro: porque es deforme y se mueve con torpeza.

Torticero: Persona o cosa injusta y desarreglada, que no se aviene a razones ni sigue las reglas; es antónimo de justiciero o derechero. En el libro de Las Siete Partidas, de Alfonso X (mediados del siglo XIII), equivale a "soberbioso", sujeto que va contra las leyes y fueros del lugar, o tuerce su sentido, queriendo en todo salir airoso contra derecho. García de Castrojeriz, escribe en su Regimiento de Principes (primera mitad del siglo XIV), a modo de consejo: "Non conviene a los reyes de ser peleadores nin torticeros...". Coetáneamente, el anónimo autor del Libro del Caballero Zifar, primera novela de caballerías castellana, utiliza así el término: "E por esto dixieron que quatro cosas están mal a quatro personas: la una es ser el rey escaso a los que le sirven; la segunda ser el alcalle tortizero...".

Fue palabra muy ofensiva e insultante, que requería satisfacción; tildar a alguien de torticero era afirmar de él que obraba contra derecho y razón, se levantaba contra las leyes y no atendía a la justicia del rey o señor natural en el caso del villano. Hoy es voz anticuada, aunque los políticos la han rehabilitado, y se escucha en los medios de comunicación por esa razón. DRAE 1739: "Injusto o que no se arregla a las leyes y razón. Es voz anticuada". 


Traidor: Raíz do- (dar), del latín traditio, onis-, derivado de tradere "entregar". Ya conocido a comienzos del XIII. DRAE 1739:

El que falta a la lealtad o fe jurada, a su príncipe o soberano, o a la confianza debida a la amistad. Por extensión se aplica a los irracionales, que faltan a la obediencia, enseñanza o lealtad debida a sus dueños como caballo traidor o perro traidor. Aleve o falso que no corresponde a la ley o fe que debe tener o guardar. Aplícase a los ojos, que indican malas inclinaciones en sus dueños.

Truhán: Conocida desde comienzos del s.XIII. Del francés truand (bribón, desde 1100). Raíz terd-1 (frotar, girar), palabra que proviene del céltico trugantos y de aquí el francés antiguo truand (mendigo). En el DRAE 1739:

El que con acciones y palabras placenteras y burlescas entiende en divertir  y causar risa en los circunstantes.

Ufano: Extraído del antiguo ufana "ufanía", hacia 1290, occitano ufana, s.XII, "jactancia, vanidad", "pompa, ostentación"; catalán ufana, s.XIII. "ídem y "lozanía, frondosidad". Origen incierto; probablemente germánico y relacionado con el gótico ufjo "abundancia, exceso" (acusativo ufjon). Lo probable es que existiera en gótico un abstracto femenino ufains "ufana", de la misma raíz que ufjo, y de aquél vendría ufana regularmente. En castellano donde el vocablo es mucho menos popular y frecuente, es probable que se tomara de la lengua occitana, donde solo existe el abstracto ufana y muchos derivados suyos; el adjetivo ufano, sin modelo en aquella lengua, debió de crearse en castellano según el modelo del más arraigado lozano.

Persona envanecida, presuntuosa y soberbia, que mira a otros por encima del hombro, creyéndose muy especial y distinta. Equivale a engreído, sin llegar a la arrogancia; sujeto contento consigo mismo, que se ve mejor de lo que ve a los que le rodean. Es voz usada en la Edad Media para calificar a quien se paga en exceso de sí mismo, y tiene a los demás en menos. El término fue perdiendo carga negativa, hasta convertirse en el siglo XVII en término para el halago más que insultar. Sin embargo, el sustantivo "ufanía" seguía teniendo el valor peyorativo de presunción, jactancia, vanidad. DRAE 1739: "Desvanecido, presuntuoso, arrogante o engreído".

Vil: Desde comienzos del s.XIII en castellano. Del latín vilis, propiamente "barato, sin valor".  Comenta Isidoro sobre vilis: "deriva de villa; que no tiene urbanidad alguna". Esta palabra está relacionada con "villano" en el sentido de "clan de baja cuna".  Véase "villano" y "despreciado".

Villano: La raíz es weik- (clan), del latín villa "finca rústica", "casa de campo". En castellano desde al menos el año 1074, del latín vulgar villanus (habitante de una casa de campo o villa, labriego), y luego "el no hidalgo, el hombre bajo". "Villanía" se conocía a comienzos del s.XIII, fecha que parece indicar el origen del significado ofensivo actual. "Villancico" (hacia 1605) designó primero al labriego mismo, abreviándose luego el nombre "copla de villancico" hasta designar la copla. DRAE 1739:

Rústico o descortés. Dícese también de las accciones. Significa también ruin, indigno o indecoroso. 

Vulgo: Nombrado en castellano en el segundo cuarto del s.XV. Tomado del latín vulgus "la muchedumbre, el vulgo". Derivados: vulgacho (despectivo de vulgo) y vulgar.  DRAE 1739:

El común de la gente popular o la plebe. Se toma también por el común modo de discurrir u opinar de la gente baja o que sabe poco. 

Zafio: Hacia 1495. Probablemente semitraducción y abreviación del andalusí falláh sáfi "mero labrador". Para el DRAE 1739: "Tosco, inculto, ignorante o falto de doctrina".

Zote: No se trata de insulto fuerte, ya que su valor semántico equivale al de torpe, ignorante y necio; persona a quien cuesta mucho entender las cosas. El zote no es tonto, sólo tardo en el aprendizaje. Es palabra común a todas las lenguas románicas, que la tomaron del bajo latín sottus, a su vez enraizado en la voz clásica stultus = necio. En castellano "çote" aparece en un cancionero de coplas tradicionales de mediados del siglo XV.

Cervantes emplea esta palabra con el valor de "simplón", en su comedia Pedro de Urdemalas, donde le antepone el tratamiento de respeto: "Señor zote", para resaltar, ridiculizándola, la condición del sujeto en cuestión. En el siglo XIX, Hartzenbusch, da el siguiente contenido al término: "Es en su porte, modesto el hombre sabio, y altivo el zote". DRAE 1739: "Ignorante, torpe y muy tardo en aprender".

7 comentarios:

  1. Insultos habituales eran también: Perro, malsín (desocupado y vago), y la combinación de ambos: perro malsín. Si mal no recuerdo, los romanos usaban el término "fellator", aunque desconozco su forma medieval. Es nuestro actual "mamón", obviamente.
    También tenemos nuestro ancestral "hideputa", y las cuestiones referentes a la honra conyugal: "cornudo" y "cabrón". El término "villano" también se usaba con tintes despectivos si mal no recuerdo. Y supongo que también se usarían "sodomita", "cobarde", "alevoso"...

    El término "hideputa" ya aparece en boca de don Pedro I cuando se enfrenta a su medio hermano el Trastámara en el pabellón de Du Guesclín, cuando el bastardo entra y dice lo de "quién es ese que se dice rey de Castilla", y don Pedro replica: "yo, y tú eres el hideputa que va a morir aquí mismo".

    Si recuerdo alguno más, retorno y lo plasmo.

    Un saludo

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  2. Gracias por vuestros comentarios. Tomo nota de todas sus palabras soeces Sr.Amo, las iré añadiendo al diccionario tras previa investigación etimológica. Me llevará tiempo, pero no importa porque merece la pena. Sospecho que nos vamos a divertir bastante. Ja, ja, ja.

    Dudaba en principio publicar la entrada, pero me dije: ¡qué carajo! un insulto es un arma y además muy española, con lo que cuadra bien en este blog. No dejeis de consultarlo estos días porque habrá importantes novedades y retoques.

    Saludos

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  3. Olvidaba "consentidor", en el sentido de consentidor de mancebías, aquel que ejerce de proxeneta de su mujer . De hecho, en aquellos ellos tiempos estaba muy perseguido, y los consentidores eran enviados a las galeras del rey varios años.
    Por otro lado tenemos "chulo" que, siendo término procedente del árabe "chaul", supongo debió emplearse al menos desde finales del medioevo.
    También del árabe "sarrani" tenemos "charrán", sinónimo de pillo, malvado o tunante.
    Supongo que también se usarían nombres de animales o sabandijas en plan insultante: gusano, piojo, cerdo, puerco, marrano (a los judíos ya sabemos que los llamaban así, etc.
    Por otro lado, los árabes se referían a los cristianos en plan despectivo como "comedores de puerco".

    Bueno, si recuerdo algo más, retorno...

    Un saludo

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  4. Ok. Todos los insultos son antiguos, pero he comprobado que no pocos son renacentistas, esos los dejaremos aparcados. De todos modos continúa aportando más palabras porque bastantes de ellas están rigurosamente constatadas en la Edad Media como ireis viendo en el diccionario.

    Esto crece como la espuma...

    Un abrazo

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