Aunque parezca
extraño al lector moderno, el uso de gorros para la guerra
fue práctica común en los tiempos remotos. Es más, como iremos
viendo su forma sirvió de base para versiones metálicas del mismo.
El gorro es un tipo de capillo que se fabricaba por lo regular con
seda, lana, lienzo, etc. En definitiva eran prendas que podían
amoldarse bien a la cabeza y que tenían como objeto protegerla del
frio. Debido a su flexibilidad puede ajustarse adecuadamente a la
cabeza para dar más o menos cobertura.
Es voz común a las
tres lenguas iberorrománicas, de origen incierto. La palabra procede
del francés anticuado gorrier "presumido, elegante",
que parece inseparable del anticuado gorrase "coqueta".
A menudo sucede que las prendas de vestir se adaptan a las modas y
costumbres regionales. El gorro, pues, daba tanto cobertura como
cierto signo de distinción. No es por ello casualidad que la palabra
proceda de Francia (desde el s.XV), país en donde las modas parece
que tienen larga tradición. Ya existían gremios de gorreros en
España desde al menos la primera mitad del s.XVI. Debido a lo
perecedero del material rara vez nos han llegado restos, pero los
antiguos dejaron dibujos en diferentes épocas de sus vestiduras
civiles y militares. Está probado que las modas en los gorros se
contagiaron de unos países a otros durante la Antiguedad.
El píleo:
"Píleo" fue el nombre latino para designar al gorro
durante la Antiguedad y la Edad Media. Su etimología es dudosa, si
bien su raíz podría ser pel-4 "piel, pellejo", que en
sánscrito (patála), ruso (pelená), eslavo (pelena),
prusiano (pleynis) y checo (pléna) toman el
significado de "membrana, envoltura". Por lo que cuentan
los autores antiguos se fabricaba con piel o fieltro. Como es de
imaginar existieron numerosas variaciones locales.
Existió un tipo de
píleo que llegó a Europa desde Asia, en concreto gracias a los
persas. Estos usaban uno que los griegos llamaban "frigio",
pues era originario de esta región de Asia menor (actual Turquía).
Si bien procedía a su vez del típico píleo escita.
En el sureste de
Europa muchas tribus bárbaras lo adoptaron para el combate por
influencia griega o persa: Es el caso de los tracios.
Los campesinos y
viajeros griegos adoptaron el píleo, asimismo llegó a emplearse en
el ejército para protección del frio y los golpes del enemigo.
Incluso llegaron a fabricarse versiones del mismo en bronce como vemos en estos soldados de la hueste de Alejandro Magno.
La mitra era otro tipo de píleo frigio pero propio de las mujeres, estaba confeccionado en lana, se sujetaba con unas cintas llamadas redimucula. Este tipo de píleo pasó a formar parte del atuendo del clero cristiano, los cuales lo llamaron también cidaris. Entre los romanos el píleo lo llevaban los sacerdotes y los hombres libres, y se les ofrecía a los esclavos cuando les daban libertad. Fue adaptado posteriormente por los cardenales cristianos.
La tiara fue un
tipo de píleo comúnmente usado por los persas y asirios. Abajo soldado asirio con una puesta.
Los
monarcas persas llevaban tiaras en lugar de coronas, con la
diferencia que las tiaras de los monarcas son rectas, y las de los sátrapas
curvas. Según se cuenta la inventora de la tiara fue Semíramis,
reina de los asirios. Abajo Darío el Grande con tiara real.
De nuevo el clero cristiano, con su afición a absorver todo lo posible del mundo religioso pagano, adoptó la tiara. Abajo papa del siglo XIII con tiara.
El yelmo:
No hay pruebas concluyentes sobre el origen del yelmo, sin embargo
estudiando su morfología y etimología comprobaremos una estrecha
relación con el píleo. Procede del germánico helmaz
"cubierta protectora". La raíz es kel-2 (cubrir,
proteger). Vocablos que entran en la misma raíz son el sánscrito
sárman
"pantalla" "protección"; polaco kul
"saco"; prusiano antiguo kuliks
"bolsa"; irlandés antiguo celim
"ocultar"; anglosajón helan,
lituano sálmas "yelmo". Abajo soldados griegos con primitivos yelmos metálicos.
El sentido de membrana/envoltura que se da con el píleo lo aproxima un tanto al de cubierta protectora del helmaz. ¿Quedan ahí las coincidencias? Rotúndamente no. En principio vemos que la etimología de yelmo hace referencia a una protección capaz de ocultar algo en su interior, dicha protección parece referirse a algún tipo de objeto: un saco, costal o bolsa. Abajo sacos y bolsas, obsérvese la morfología.
¿Qué tiene que ver
un casco con un saco? Nada aparentemente, como tampoco lo tiene un
bacín o un capacho. Pero tanto bacinete como capacete y yelmo hacen
alusión a su similitud con la forma de tres objetos: bacín, capacho
y saco. Las teorías quedan muy lindas cuando se desarrollan, pero si
no van acompañadas de lo palpable son inútiles. ¡Vamos a ello!
El arquetipo de "yelmo" que se acepta habitualmente es el de
las justas y torneos de los ss XIII-XIV, sin de dejar de ser esto
cierto debemos analizar para este trabajo con suma prioridad los
yelmos más antiguos, pues los posteriores no son más que un
desarrollo de los anteriores. Todo ello debemos apreciarlo sin ideas
preconcebidas. Abajo vemos un desarrollo tardío del yelmo anterior.
En cuanto a los yelmos cilíndricos debemos decir que existieron en la Antiguedad gorros cilíndricos entre los guerreros persas a modo de tiaras.
En definitiva el yelmo metálico medieval parece ser una adaptación militar de gorros antiguos con forma de saco o bolsa. Es algo que fue común en tantas y tantas vestiduras que han sido analizadas en el presente blog. De nuevo se comprueba que las teorías más sesudas que suelen aceptarse sin rechistar son cuando menos discutibles. La sencillez al poder. Abajo otra imagen de guerreros griegos con píleos o yelmos.
Por otro lado el uso de gorros en los ejércitos ha sido extremadamente habitual desde la Edad Media en muchos países. Así el píleo frigio se tomó como emblema de la libertad por los revolucionarios franceses de 1793 y luego por los republicanos españoles. Abajo cosacos pertencientes al ejército alemán durante la segunda guerra mundial.
Por último, como curiosidad, les dejo con una imagen de unos costaleros, ya saben, aquellos que cargan los pasos en semana santa y que reciben su nombre porque llevan "costales" en sus cabezas, los cuales empleaban antiguamente en el muelle para la carga.
Sumamente esclarecedor, Sr. Tormenta. Si le digo la verdad, lo último que se me habría ocurrido es comparar una talega con un yelmo
ResponderEliminarUn saludo
El primero que se llevó la sorpresa fui yo mismo. Sobre todo cuando las piezas fueron encajando poco a poco en el puzzle. En fin, bien sabes que suelen aparecer estas sorpresas cuando se investiga sin ideas preconcebidas.
ResponderEliminarUn abrazo
Cet article sur armasyarmadurasenespaa.blogspot.ru est digne signet à mon avis. Il vaut la peine d'économie pour référence future. C'est une lecture fascinante avec de nombreux points valides pour la contemplation. Je dois d'accord sur presque tous les points faite dans cet article.
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