A pesar de que se repite por activa y por pasiva, acá y allá, que
los orígenes de la pica se encuentran en la sarissa griega.
Esto está lejos de ser cierto. Las primeras picas comenzaron a
desarrollarse en el siglo XIV y provenían de otra arma que llevaba
algo más de medio siglo en uso: el espontón. El italiano brandistoco (lit. hoja de estoque) fue inicialmente un tipo de espontón, más
tarde la guarda se fue simplificando y en los diccionarios
renacentistas es definido como arma similar a la pica. Abajo espontones.
La palabra "pica" hace mención a su punta extremadamente
aguda, en realidad eran punzones unidos a un astil y adaptados para
perforar las armaduras de platas del momento. A diferencia de los
espontones, la pica tenía un diseño más simple en su guarda, la
cual servía tan solo para evitar la penetración del punzón y
proteger la mano en caso de combate cerrado. Las primeras picas eran
de reducido tamaño y se diferenciaban poco de los espontones en
longitud. Las pica pequeña se llamó en España "media
pica", pues tenían aproximadamente la mitad de tamaño que las
picas mayores. Abajo piqueros de los Tercios españoles.
Desde el s.XIII en adelante las astas de los peones fueron aumentando
su longitud para imponerse en su guerra personal ante la caballería.
Si con anterioridad un peón era casi carne de cañón en frente de
una carga de caballería bien organizada, desde entonces el peón
equipado con lanzas largas resultó ser algo más que una molesta
piedra en el zapato en las batallas. Dependiendo de la fila que ocupaba el piquero, el arma se agarrraba por distintos lugares del asta y a diferente altura.
Debieron existir multitud de variantes en Europa de las primeras
picas, todas procedentes de diferentes versiones de espontones que
fueron acortando paulatinamente la guarda. Los combatientes
comprobaron que una guarda simple aligeraba el peso del arma y su
aparatosidad, con lo que cumplía con creces su función de picar
velozmente. En Italia, desde el s.XIV aparece una pica llamada candeliere que
incluía un pincho para sujetar la guarda al astil. Abajo vemos unas primitivas picas en el asedio de Calais (mediados s.XIV).
Una de las más populares entre los ss. XV-XVI fue el ahlspiess (también llamado "awl pike"). Fue común en el centro de
Europa (incialmente en Alemania y Austria). Consistía en un pico
metálico de un metro o más unido a un asta ligeramente reforzada
con metal de 1,6-1,8 metros lo que daba al arma una longitud total de
unos 2,8 metros. Entre el pico y el asta se hallaba una guarda
circular de hierro. El arma no solo se usó en batallas, sino en
torneos de combates a pie entre caballeros totalmente acorazados. Abajo vemos uno desde cerca.
A medida que transcurrían los años la pica se fue adaptando a las
nuevas formas de combate del Renacimiento. Su longitud fue aumentado
considerablemente llegando a tener comúnmente entre 4-6 metros.
Asimismo el hierro se vio forzado a modificarse (al igual que el
espontón) para penetrar más fácilmente a tropas con protecciones
ligeras o sin armadura. Fueron famosos los piqueros suizos en el
s.XV., así como lansquenetes que emplearon las mismas tácticas que
los suizos. La pica alcanzó su apogeo militar y extremada
especialización en los famosos Tercios españoles durante los ss.
XVI-XVII. Al ser la pica un arma muy poco maniobrera (eficaz solo para picar)
se dotó normalmente a los piqueros con una espada para el combate
cercano al rival. Abajo piqueros lansquenetes en una refriega.
Las picas bien usadas en formación eran tremendamente eficaces a la
defensiva contra la caballería, pues eran más largas que las lanzas
y lanzones de armas de los caballeros. El caballero que se atraviera
a atacar una formación de picas de frente ("picas ordinarias") se encontraba con cuatro
filas de picas apuntándole al mismo tiempo. El punto débil de estas
formaciones era la retaguardia. En cuanto a los flancos, se protegían usualmente
con arcabuceros o llegado el caso con las llamadas "picas extraordinarias" (los piqueros del flanco hacían frente al enemigo). Todos estos movimientos requerían mucho entrenamiento y pericia para desarrollarlos rápidamente en mitad de una batalla. Abajo un caballero tras una carga contra una formación de piqueros.
Al ser más bien unidades lentas, eran vulnerables al fuego a distancia del enemigo. Por eso mismo cuando el peligro se intuía compartían la misma formación piqueros y arcabuceros, amparándose los unos con los otros. Las mejoras técnicas en el mosquete y la invención de la bayoneta calada (que convirtió a los mosqueteros en piqueros) demostraron ser decisivos para que las formaciones de picas perdieran su cometido original y fueran desapareciendo en el s.XVIII.
Al ser más bien unidades lentas, eran vulnerables al fuego a distancia del enemigo. Por eso mismo cuando el peligro se intuía compartían la misma formación piqueros y arcabuceros, amparándose los unos con los otros. Las mejoras técnicas en el mosquete y la invención de la bayoneta calada (que convirtió a los mosqueteros en piqueros) demostraron ser decisivos para que las formaciones de picas perdieran su cometido original y fueran desapareciendo en el s.XVIII.
Es cierto que la sarissa griega se empleaba en formaciones
como éstas aunque con lógicas diferencias: las infantería ligera cubría
los flancos en lugar de los arcabuceros y su principal enemigo fueron
las tropas enemigas armadas con arcos y jáculos en lugar de los
artilleros renacentistas. Por otro lado el hierro de la sarissa era muy parecido al de las picas más modernas pues estaban
designadas para penetrar armaduras ligeras. Sin embargo en ningún
momento la aparición de las largas pica se debió a una bucólica
"vuelta al pasado" para imitar las victorias alejandrinas.
Su natural evolución fue por razones puramente prácticas atendiendo
a las necesidades militares del momento. Abajo falange macedónica armada con sarissa.