El
broquel (buckler en
inglés) es un arma defensiva pequeña a modo de escudete. Procede
del francés antiguo bocler
(hoy bouclier), del
lat. bucca (mejilla)
en el sentido de "guarnición de metal que el escudo lleva en su
centro". Por otro lado "brocal" es antepecho alrededor
de la boca de un pozo para evitar caer en él y ribete de acero que
envuelve el escudo.
El umbo (del latín umbilicus "ombligo")
era la parte metálica central del escudo que amparaba la mano del
usuario. Inicialmente a alguien se le ocurrió de modo brillante extraerlo de un escudo
y usarlo como defensa ligera, dando nacimiento al broquel. Abajo escudo con su umbo.
En
"Lanzarote del Lago" (s.XV) "boucle" es traducido
como "brocal del escudo". El escudo está compuesto por el
brocal, vocablo que traduce el francés boucle,
y que en el texto sirve para referirse tanto al saliente metálico
situado en el centro del escudo, como al "ribete de acero que
guarnece el escudo", según se desprende de algunos pasajes,
donde, por un lado, se alude a que el brocal se localiza en la parte
superior del escudo, con lo que podría pensarse en un refuerzo
metálico de esta zona. O bien se trataría de un refuerzo que
abarcaría todo el perímetro del escudo, ya que el golpe potentísimo
de la lanza al impactar contra él provoca que el brocal se
despliegue. Las fotos de abajo son de la Web de AEFA.
El broquel fue habitual entre los peones de los ss. XII-XVI. Solía llevarse
conjuntamente con alfanje, espadilla o espada ropera. Se escribieron
muchos manuales de esgrima sobre su uso (el más antiguo de 1300),
siendo arma habitual para todo tipo de duelos.
No era buena defensa contra proyectiles, pero sí ante mazas o espadas. Tenía un diámetro de 15-45 cm., si bien los más comunes era los mas pequeños. También se fabricaron trapezoidales y romboidales. Los materiales podían ser madera, cuero, metal, capas de lana encoladas o incluso el corcho (a veces pendientes de cuatro clavos), estos últimos mencionados por Cervantes y Vélez de Guevara en sus obras. Los broqueles metálicos rondaban los 2 kg., mientras que los otros entre 1-1,5 kg.
Algunos broqueles tenían bloca (umbo punzante) que servía, llegado el caso, para atacar al rival.
No era buena defensa contra proyectiles, pero sí ante mazas o espadas. Tenía un diámetro de 15-45 cm., si bien los más comunes era los mas pequeños. También se fabricaron trapezoidales y romboidales. Los materiales podían ser madera, cuero, metal, capas de lana encoladas o incluso el corcho (a veces pendientes de cuatro clavos), estos últimos mencionados por Cervantes y Vélez de Guevara en sus obras. Los broqueles metálicos rondaban los 2 kg., mientras que los otros entre 1-1,5 kg.
Algunos broqueles tenían bloca (umbo punzante) que servía, llegado el caso, para atacar al rival.
El broquel se llamaba en en la jerga española renacentista "faldudo" y "muro". Se fabricaba de hierro o acero pero más comúnmente de madera y cubierto con ante. El "broquelillo de mano" era de madera, pintado y se usaba desde el siglo XVI, para andar de noche. Solía tener un gancho con objeto de colgarlo del cinto. El diminutivo de broquel era "broquelillo" y "broquelete" (palabra menos común). Embroquelarse o abroquelarse es cubrirse con el broquel.
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